Dra. Sades, ¿qué es lo que busca quien se inscribe en las secciones de formación de MLS®?
Es necesario diversificar según el tipo de participantes: el público de los que participan en los cursos es heterogéneo y, por lo tanto, las exigencias y expectativas son distintas. Las necesidades de un médico veterinario general o uno que se especialice en fisioterapia, dermatología, ortopedia, neurología y cirugía no son los de, por ejemplo, un estudiante de medicina veterinaria. Específicamente, los médicos que ya usan láser quieren entender las cualidades del MLS® en comparación con otras terapias en el mercado o, si ya tienen laserterapia, cómo desarrollar habilidades y capacidades. Los estudiantes universitarios, por otra parte, están más a menudo interesados en recibir una información sobre el tema. El público que asiste a la formación a veces también incluye distribuidores y vendedores que buscan detalles para ayudar a los clientes a comprender el plus «clínico» de la terapia y ofrecerles aportaciones adicionales para sacarle el máximo provecho.
Los talleres, seminarios y presentaciones no son solo sobre cómo funciona la laserterapia MLS® y cuándo usarla...
Exactamente. Durante la formación también se aprende a elegir el protocolo más adecuado para tratar determinadas patologías, a aplicarlo de la forma más eficaz para mejorar el pronóstico, reducir el tiempo de recuperación y, por tanto, favorecer la calidad de vida del paciente. Solo durante las reuniones de formación, quienes ya utilizan el MLS® en su actividad diaria, gracias también a los casos prácticos que se presentan y a la comparación directa con el ponente y los demás participantes, pueden resolver dudas sobre, por ejemplo, la dosis, la frecuencia de los tratamientos y las indicaciones de algunos problemas específicos. Por último, quienes se acercan a la terapia por primera vez y tienen que decidir si la compran o no reciben información oportuna sobre el rendimiento de la inversión y la eficacia en función de los costes-beneficios.
Como se trata de una formación de 360º, las preguntas que se formularán también serán muy variadas...
¡Variadas y a menudo muy específicas! Van desde querer saber si la terapia tiene contraindicaciones y cómo la tolera el paciente, hasta la posibilidad de aplicarla en pacientes ortopédicos con implantes quirúrgicos, para tratar una herida infectada, otitis o pododermatitis. Las solicitudes también abarcan otras cuestiones como la frecuencia de aplicación de los protocolos para diferentes patologías, la diferencia entre el impulso continuo y el pulsado, la forma en que se sincroniza la emisión. Por último, no faltan las solicitudes relacionadas con la compra y el mantenimiento del dispositivo o la tarifa que se aplicará.
De las preguntas a las dudas, hay un paso. ¿Cuáles son las más comunes?
Yo diría que son del tipo «técnico-aplicativo» y que siempre son funcionales para utilizar el MLS® de la manera más correcta maximizando los resultados. Para dar algunos ejemplos, las dudas pueden referirse a la modalidad de aplicación en heridas abiertas infectadas y no infectadas o en superficies irregulares, pero también al uso de diferentes protocolos en el mismo lugar, o en diferentes regiones, o al número de sesiones necesarias para tener una respuesta eficaz en una patología determinada.
¿Puede considerarse que la formación, al proporcionar aportaciones claras y científicamente validadas, es un «instrumento» válido para hacer más eficiente la actividad del veterinario?
En comparación con mi experiencia directa, creo que la formación ayuda a mejorar el trabajo de los participantes que, tras haber estudiado una amplia gama de casos en los que se puede utilizar el MLS® con éxito, podrán ofrecerlo para tratar a sus pacientes. Los resultados tangibles que los propietarios verán en sus animales desencadenarán un boca a boca que fomentará más trabajo para el profesional. La formación es igualmente útil para los que están decidiendo si desean beneficiarse del apoyo de la laserterapia: al final de la formación, se resolverán todas las dudas posibles y será mucho más fácil afrontar la inversión con la confianza de que se recuperará rápidamente.
Sin embargo, el valor de la formación es también otro: poner en contacto a los participantes permitiéndoles compartir experiencias y casos clínicos.
La «puesta en común» de los conocimientos propios es siempre enriquecedora porque puede conducir a la generación de una forma de apoyo continuo, precioso para resolver dificultades o para tener un punto de vista más allá del propio. La formación se convierte así en una oportunidad para desencadenar no solo el crecimiento profesional sino también el personal.